PROHIBIDO RENDIRSE
Yo pensaba que lo que empezaba a vivir era lo normal, que si
alguna vez había gritos es porque me los merecía, yo sabía poco de la vida, y
lo supe pronto que me había equivocado.
Surgió el “macho” poderoso, el que debe tener esclava en vez
de esposa, el que se quedo anclado en el siglo pasado, el que su padre le había
dado consejos machistas, y los llevaba a cabo cada noche cuando llegaba a casa.
Todo era suyo, era su reino, no había ninguna palabra en
contra, no lo permitía el decía y si no me gustaba…
Fue un despertar amargo, como pudo cambiar tanto, antes era
una persona maravillosa a la que ame con todo mí ser, pero los sueños
desaparecen cada mañana, y los míos mucho antes.
Nada pude decir, seguí a su lado porque como él decía… no
sirves para nada, y termine creyéndomelo, seguí llorando a solas, hasta que me
acostumbre a esa vida, viviendo como si esa vida no fuese la mía.
El tiempo no lo cura todo, solo la costumbre te hace seguir
adelante, total para que, si solo sirvo para quererle, y eso a él ya no le importa.