Solo la muerte llega cuando ya se ha recurrido a todas las puertas, pero nadie hizo caso, ahora lloramos por no abrirlas.
Es espantoso ver que cada día ardes en el infierno de una relación que no puedes romper, que te hace esclava de palabras, de insultos, de golpes.
El miedo duerme a tu lado, igual que el maltratador, y no descansas porque es difícil cerrar los ojos, dejar que el sueño se acerque, porque solo el que te maltrata se acercara cogiendo su parte del botín… tu cuerpo, tus sollozos…
Y su risa penetrara en tus oídos al igual que su miembro en tus entrañas, y quedaras inmóvil, y rezaras para que acabe pronto la tortura, sin protestar.