lunes, 16 de abril de 2012

CARTA DE UNA MUJER SIN ESPERANZA


CARTA DE UNA MUJER SIN ESPERANZA

Nadie me conto que la vida era fácil, tampoco me contaron que para vivirla debería dejar que me abofetearan cada día.

Nadie me conto que querer a una persona fuese tan difícil, cuando la otra persona no se deja querer, y a cambio te deja sin sustento para tus hijos, sin una palabra de mimo, sin un sueño para vivirlo.

Nadie me dijo que la vida no era para pasearla, ni para agradecer cada día la luz del sol, si cada noche llega a casa la pesadilla y la incertidumbre.

Nadie me dijo que por obligación tendria que vivir la vida al lado de mi verdugo, por eso, y para que no me pegue cada día, le pido que me mate esta noche, no será para mi difícil aceptarlo, pero si vivir cada día al lado del miedo que me paraliza y me hace desear lo que llegara hoy… la muerte.

Carta de una mujer maltratada que ya no quiere vivir, porque no tiene una vida para vivirla.


martes, 10 de abril de 2012

AMENAZAS


AMENAZAS
Las mujeres que hemos visto como nuestro padre abandonaba a nuestra madre, tenemos miedo de que nuestros maridos hagan lo mismo, por eso, muchos se aprovechan de esta situación, y crean una gran inseguridad en la pareja, sobre todo ante la adversidad.
La vida es dura muchas veces, pero más lo es cuando dejas que el fantasma de la soledad se acerque a ti en las noches, cuando ha habido una bronca en casa, y cuando las amenazas han surgido de un modo innecesario, y más cuando el  amor ya se haya marchado junto al atardecer.
Las amenazas al principio son solamente eso, y dejas que eso vaya sucediendo sin poner remedio, después llega un empujón, mas tarde una bofetada, después…
Hay tantas formas de maltratar que ni pensamos lo sutilmente que puede ser al principio, y después de un tiempo todo lo hemos consentido, y cuando quieres hablarlo con tu marido, compañero o lo que sea ya es tarde, el también impuso su ley, nosotras la aceptamos.
A mi más de una vez me dijo… te vas a tragar las gafas, o algún día saldrás por la ventana, y pensando que vivo en un séptimo piso, me parece un poco fuerte, pero me acostumbre sin decir nada a esas amenazas, después también me dije ¿Por qué he de dejar que me maltrate? Y le comente que si un día haces algo que sea de verdad, que no sea amenaza, porque el ya no podrá dormir tranquilo, mientras sus palabras aun  resuenen en mis oídos.